Claudia Salas nos reafirma la importancia de los referentes para la disminución de las brechas de género y nos cuenta cómo ha sido su experiencia trabajando con niñas y adolescentes.
Trinidad Navarro Torres
A los 6 años las niñas comienzan a creerse menos inteligentes que los hombres, producto de la profundización de los estereotipos de género que le otorgan al sexo masculino mayores habilidades intelectuales y físicas. Esto fue el resultado que arrojó un estudio realizado por la universidad de Nueva York, Ilinois y Princenton y que fue publicado en la revista Science.
El estudio explica que los estereotipos que otorgan una mayor habilidad intelectual a los niños que a las niñas emergen a muy temprana edad y tienen un impacto sobre las aspiraciones profesionales de las mujeres. De allí la importancia de implementar acciones eficaces que permitan disminuir este impacto y propiciar un mundo más equitativo.
Para Claudia Salas, ingeniera, mamá y mentora de Inspiring Girls uno de los puntos en los que hace mayor énfasis cuando asiste a las actividades con niñas y adolescentes es hacerles ver que las mujeres pueden ser y hacer todo aquello que deseen.
“Yo nunca sentí que había algo en mi vida que yo no pudiera hacer por el hecho de ser mujer, y la única forma de poder tener esa certeza es viéndolo, es sabiendo que existen mujeres que han podido hacer lo que han querido. Por eso cuando voy a las charlas comienzo diciendo que soy ingeniera, soy mamá, dueña de casa, esposa, empresaria, y no es que yo tenga que elegir entre ser mamá o no, o que para ser doctora no puedo ser mamá. Me gusta que las niñas sientan que es su elección, que tienen el poder de decidir”, explica.
Claudia llegó a la Fundación en el 2018 movida por unas ganas inmensas de aportar y contribuir a un mejor futuro para las nuevas generaciones. Está convencida que los programas sobre las emociones, que se realizan a través de la Academia Inspiradas, contribuyen enormemente al crecimiento integral de los niños desde muy temprana edad, facilitando así su desarrollo hasta la adultez.
“Hace poco terminamos el Programa El Poder de las Emociones con niños de regiones, y fue muy gratificante porque lo hicimos con niños más pequeños y yo siento que mientras más pequeños reciban estas herramientas, tienen mayores posibilidades de desarrollar una adultez un poco más sana mental y emocionalmente”.
Sembrando semillas
Claudia es enfática en afirmar que la Fundación Inspiring Girls cumple un rol fundamental en muchos aspectos, no solo en la construcción de una narrativa de empoderamiento, autoestima y liderazgo femenino para las niñas y adolescentes, sino también como amplificador de los cambios sociales.
“La Fundación también es un canalizador. Todas llegamos a la Fundación porque queremos aportar en la construcción de un mejor futuro, que las nuevas generaciones tengan más herramientas, para que sean mucho más felices que nosotros y que tengan más niveles de libertad. Si todas estuviésemos trabajando de forma aislada, las posibilidades de impactar serían menores, mientras que el estar todas juntas permite que el impacto se amplifique. Y lo mismo le decimos a los niños, que ahora ellos son embajadores del cambio y pueden ir repartiendo la semilla en sus casas, en su barrio, con sus amigos del colegio. En fin, estamos haciendo una proyección exponencial”, concluyó.