Ximena Tapia es una ingeniera civil electrónica que lleva más de 30 años en el mundo de la tecnología, lo cual le ha permitido vivir en primera persona la evolución tecnológica y la participación de la mujer en un mundo tradicionalmente liderado por hombres.
Trinidad Navarro Torres
El liderazgo femenino es un tema que, día a día, ocupa mayor importancia en los espacios de diálogo y conversación. Los debates giran en torno a las diferencias reales que existen entre los hombres y las mujeres, sobre todo en la forma en la que se desarrollan en el ámbito profesional.
Según estudios realizados por distintas organizaciones internacionales, entre ellas la reconocida firma global Great place to work, explica que el liderazgo femenino suele estar más orientado hacia la participación, transformación e influencia positiva sobre los miembros del equipo, mientras que el liderazgo de los hombres está más enfocado en los objetivos. Ambos potencian enormemente el crecimiento de cualquier organización.
Para Ximena Tapia, quien es mamá, esposa y actualmente cumple con el cargo de gerente de Marketing para Latinoamérica dentro de un área de soluciones de la empresa Microsoft, la brecha de género y la igualdad ha cambiado mucho en los últimos años, sobre todo en empresas grandes que han invertido en mejorar sus políticas de inclusión.
“Estudié en una carrera que éramos 2 mujeres y 70 hombres, y siempre he estado inserta en trabajos con mayoría masculina, pues aun las mujeres que ingresan a carreras de tecnología son minoría. Era un rubro machista, discriminador, en el que se ha ido avanzando, pero aún falta mucho por hacer desde la brecha salarial y desde el entendimiento en que las mujeres nos comunicamos e interactuamos de forma diferente. Antes era mucho más difícil posicionarse, tener voz y credibilidad, se pensaba que tenías que adoptar características de liderazgo masculino para manejar equipos y triunfar. Las grandes empresas como Microsoft han ayudado mucho al cambio pues estas compañías se preocupan mucho por los temas de igualdad e inclusión, y les dan mucha visibilidad. Lamentablemente aún falta tiempo para que esta mirada de igualdad y entendimiento aún llegue a las empresas medianas y pequeñas.
Con respecto a su participación dentro de la Fundación, Ximena explica que desde hace mucho tiempo sintió una necesidad por participar en actividades dirigidas a mujeres, lo cual la ha llevado a formar parte de diversas iniciativas que potencian el liderazgo femenino.
“Cuando a la empresa llegó el nombre Inspiring Girls, me interesó de una forma muy personal. Y la gran pregunta que me surgió en ese momento era si yo tenía una historia suficientemente atractiva como para inspirar y que movilizará a los chicos. Entonces me inscribí con ese miedo. Sin embargo, la experiencia que he tenido ha sido maravillosa, salgo de cada encuentro con el corazón apretado. Yo siento que he logrado conexión con algunos chicos, que mi historia les ha llegado, y eso en particular a mí me llena de satisfacción, siento que estoy aportando”, añadió.
Con respecto al mensaje que le gustaría dejar en cada niña, niño y adolescente que participa en las visitas o actividades de la Fundación, está relacionado con el poder de la confianza para el logro de los objetivos, así como la importancia de seguir formándose y estudiando.
“Algo que se repite bastante en los chicos es la falta de confianza en ellos mismos, y entonces yo les cuento lo importante que es tener confianza, porque la desconfianza inmoviliza. También les explico que, si en algún momento no logran sentir confianza, siempre hay una persona que sí confía en uno y nos puede ayudar a salir adelante. El mensaje más importante es que sí se puede lograr los sueños, que tienen que estudiar una carrera con la que seguir avanzando y que, si no se pueden proyectar en una carrera muy larga, que se proyecten en una más corta, y de allí van avanzando porque la única forma de avanzar en la vida es seguir estudiando y aprendiendo”, concluyó.