Transición laboral y emociones: ¿Cómo gestionarlas de la mejor manera?
El día que recibí la noticia de mi despido en diciembre del año pasado, mi mundo se puso patas arriba. No hay una manera fácil de recibir la noticia de que ya no formas parte de una organización. El despido llegó sin previo aviso y me dejó con una sensación de pérdida y desconcierto. Me sentí abrumada por la incertidumbre y el miedo al futuro. Sin embargo, lo que comenzó como un golpe devastador, se convirtió en una oportunidad de crecimiento personal y profesional.
Durante las semanas siguientes, pasé por una montaña rusa de emociones. La tristeza y la frustración se mezclaban con momentos de esperanza. Había días en los que me sentía desmotivada, pero también hubo momentos de claridad en los que veía el despido como una oportunidad para explorar nuevos caminos. Aprendí que era normal sentir una gama de emociones y que era esencial permitirme experimentarlas. Decidí tomar el control de mi situación y explorar el mundo del trabajo freelance. Al principio, fue desafiante adaptarse a la incertidumbre de no tener un ingreso fijo y gestionar varios proyectos a la vez. Sin embargo, descubrí que esta modalidad de trabajo me permitía tener más flexibilidad y explorar diferentes áreas en la consultoría.
Habiendo pasado casi 8 meses del suceso, miro hacia atrás y creo que hoy soy consciente de algunas herramientas que fueron importantes en este camino, para aliviar mi carga emocional.
- Mantener una rutina diaria: Al principio me costó mucho, porque no tenía ánimo de nada. Por eso, te recomiendo que no te dejes estar y armes una rutina considerando descansos adecuados, porque esto proporciona estructura y normalidad.
- Practicar mindfulness y meditación: A mí no se me da tan fácil, pero creo que hay personas que logran centrar la mente y reducir la ansiedad.
- Establecer metas a corto plazo: Me permitió mantener el enfoque y la motivación.
- Hacer ejercicio regularmente: Si bien juego basketball de forma regular, había días en los que no quería entrenar. Sin embargo, cuando me obligaba a hacerlo, sentía que mi estado de ánimo mejoraba y reducía mi estrés.
- Buscar apoyo profesional: Considerar la terapia o el coaching para gestionar las emociones.
- Limitar el tiempo en redes sociales: Evitar la sobrecarga de información negativa. Yo me quedé solo con LinkedIn, porque era afín a lo que necesitaba.
- Practicar gratitud y afirmaciones positivas: Reconocer las cosas buenas y repetir afirmaciones me ayudó a mantener una mentalidad positiva.
- Ser amable contigo mismo: Tuve días en los que me costó, pero con el tiempo me permití sentir y procesar mis emociones sin juicio.
- Explorar nuevas oportunidades: Mantener una actitud abierta hacia el aprendizaje y el crecimiento. Haz ese curso que tienes en stand by desde hace tiempo o busca en internet ese tema de tu interés que al fin puedes aprender en este periodo.
- Hablar con tu red de apoyo y contactos profesionales: Compartir tus emociones y transitar este viaje de la mano de tu pareja, familia y amigos, es sumamente importante. Te aportan ideas y nuevas formas de afrontar tu situación. A su vez, hablar con colegas de tu área o incluso, conectar con empresas de las que alguna vez fuiste cliente te podría abrir muchas oportunidades.
A medida que me adentraba en el mundo freelance, me di cuenta de que el despido, aunque doloroso, fue el catalizador para un renacimiento en mi carrera. Hoy, trabajo con diferentes consultoras, aportando mi experiencia y pasión a proyectos diversos. He aprendido a valorar la importancia de la gestión emocional en tiempos de cambio y a ver cada transición como una oportunidad para crecer y reinventarse.
No me cierro ante la posibilidad de ser contratada nuevamente por una empresa. Sin embargo, pondré especial cuidado al elegir la organización de la que quiero ser parte, asegurándome que su propósito y el mío estén en sintonía, además de priorizar la conciliación del trabajo y mi vida personal, algo que he ganado gracias al mundo freelance y que me tendré en cuenta ante cualquier futura oportunidad laboral.
Por Stephani Espinoza
Psicóloga Organizacional | Gestora de Inclusión Laboral | Human Resources Consultant