Angy Carrillo inspira a otros con su historia de superación.
Por Trinidad Navarro
Hablar de migración ya no es un tema nuevo. Desde hace algunos años, Chile ha registrado un número importante de migrantes provenientes de distintas partes de Latinoamérica. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y el Servicio Nacional de Migraciones, en Chile hay 1. 482.390 extranjeros, siendo Venezuela la cuarta nación con mayor presencia en el territorio.
Angy Carrillo, ingeniera comercial y HR Business Partner en el Metro de Santiago, es parte de esos 450 mil venezolanos que decidieron empezar de cero en el país austral y hacer de él su hogar.
“A veces uno cree que tu historia personal no importa, pero es gratificante ver como tus vivencias pueden inspirar a otros”, así lo explica Angy, mientras cuenta cómo ha sido su proceso migratorio desde que decidió buscar crecimiento personal y profesional en otras latitudes.
Luego de un año estudiando una maestría en Madrid, España, Angy decide armar su maleta de nuevo para afianzarse en otro destino: Latinoamérica. Llega a Perú, y luego de un año, emprende otro camino, esta vez a tierra chilena, lugar que la acogería y se convertiría en su hogar por más de 6 años.
Angy llegó a la Fundación Inspiring Girls por obra mágica del destino. Un domingo, justo antes de que se cerraran las postulaciones para la formación de speaker, toma la decisión de inscribirse y comenzar un nuevo camino que le dio un giro inesperado al propósito de su vida. Este año, Angy fue galardonada como Speaker destacada 2022, durante el evento de celebración y premiación Inspiring Night.
“Siempre me gustó ayudar a otros y me sale natural hacer estas actividades de voluntariado. Y ese mismo interés me llevó a buscar y encontrar a Inspiring Girl. Yo me siento super contenta, porque siento que este trabajo con la fundación se ha vuelto mi nueva meta, en la cual he descubierto potencialidades de mí, que no conocía. Además, uno cree que tu historia no le va a importar a nadie, y resulta que puede ser inspiración para otra persona. Y ese reencontrarme con mi historia ha sido un proceso maravilloso”, agregó.
Con respecto a su participación dentro de las actividades de la fundación, Angy explica que uno de las satisfacciones más grandes es ver cómo las niñas y jóvenes se interesan por conocer cómo vivió su proceso migratorio, cómo logró salir de su país y cuáles fueron las emociones que la acompañaron durante cada etapa.
“Ellos al darse cuenta que no soy chilena, lo primero que preguntan es cómo llegué, y se sorprenden frente a la posibilidad de salir, de vivir y aprender de otras culturas. Preguntan cómo lo hice, como fue el proceso de adaptación, y cómo elaboré un plan. Se maravillan frente a la posibilidad de que ellas también pueden decidir vivir en otro país. Además, siempre les agrego que yo no vengo de una familia adinerada, que para poder salir de mi país tuve que trabajar y reunir; tuve que establecer un plan. Me gusta recalcar que tienen que visualizar lo que quieran y que eso debe estar respaldado por un plan claro”, añadió.
Con respecto a sus propósitos para el 2023, enfatizó que su meta está centrada en inspirar a más niñas y adolescentes, mostrándole todas las opciones que tienen a la mano y la importancia de tener las metas claras para el logro de los sueños.