Claudia San Martín, arquitecta, consultora independiente y voluntaria de Sunflower Hidden, compartió su proceso de superación personal y resiliencia ante las dificultades. Comentó desde su infancia, pasando por su discapacidad invisible, hasta la creación de sus dos proyectos de emprendimiento actuales.
Ella destaca la importancia de las iniciativas como Inspiring girls y de la educación en todos los ámbitos, de tener referentes y alguien que les diga a los y las jóvenes que pueden lograr lo que se propongan en la vida: “ojalá dejar el legado para que otros también lo hagan -sigan sus metas-. Ojalá en Inspiring Girls sigan enseñando o dando cuenta que las niñas y jóvenes también pueden. Pero es necesario que se crean el cuento”.
En algún momento de su vida, cuando Claudia estuvo buscando trabajo y nadie la contrataba, pensando en que podría ser por su discapacidad invisible, decidió cambiar su rumbo y tomó el camino del emprendimiento: “Puede ser que algo me está diciendo el universo. Me quiere mandar a otra parte, y yo siempre he estado con el bichito de emprender, así que decidí hacerlo”. Actualmente, Claudia cuenta con dos emprendimientos, el primero consiste en la organización profesional y el segundo es un aromatizante que ella creó.
“Uno es el que lo tiene que mirar con otros ojos y a veces cuesta mucho despegarse del problema, pero hay que darle no más. Yo, a pesar de mis limitaciones, mis dificultades y todo lo que he pasado, puedo decir que uno sale adelante igual. Siempre me ha gustado demostrar que sí se puede, aunque tengas problemas o dificultades. La idea es no rendirse nunca”, dijo Claudia respecto a las dificultades que se pueden presentar a lo largo de la vida.
Compartió también su experiencia siendo voluntaria de Sunflowers Hidden, una iniciativa británica creada para ayudar a las personas con discapacidades ocultas: “Yo tengo una discapacidad Invisible y me cuesta mucho que la gente entienda que sufro de dolor crónico, y en ocasiones necesito un asiento. Y es algo que no se ve, me ven con dos brazos y dos piernas, pero la gente no sabe lo que pasa por dentro”.
“A mí me gusta más que nada que se queden con esa palabra, con no rendirse nunca, ser resiliente. Siempre he dicho que yo soy como un buque, si las olas me tiran, yo me levanto, sigo. La vida es así, uno tiene que aprender a enfrentar las cosas y siempre tratar de hacerlo de la mejor manera posible”, concluyó Claudia.