“En el mundo no solo necesitamos a gente talentosa, sino a buena gente que haga la diferencia”
Vanessa Mora, jefa de Clima y Cultura en Sodexo Perú y líder regional en Diversidad, Equidad e Inclusión para seis países de Latinoamérica, destaca en esta entrevista para Inspiring Girls la importancia del desarrollo personal y la educación como pilares fundamentales para el éxito profesional.
En un mundo en constante cambio, el desarrollo personal se ha convertido en una de las claves fundamentales para alcanzar el éxito profesional y personal.
Según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las habilidades de comunicación, resolución de problemas y pensamiento crítico son esenciales en el entorno laboral actual, donde se prevé que el 75% de los trabajos demanden estas competencias en 2030.
Es así como Vanessa Mora, con una trayectoria marcada por el aprendizaje continuo y el compromiso social, entiende esta realidad de manera profunda.
Consciente de su papel en la sociedad, Vanessa se describe como hermana, hija, mejor amiga y viajera. En el ámbito profesional, se ha consolidado como jefa de Clima y Cultura en Sodexo Perú y líder regional en Diversidad, Equidad e Inclusión para seis países de Latinoamérica. Este recorrido no ha sido lineal, sino el resultado de años de evolución, esfuerzo y determinación.
“Soy diseñadora gráfica de profesión, con estudios en marketing, y además licenciada en negocios de diseño y comunicación”, comenta, recordando sus inicios en la Universidad de Palermo en Buenos Aires. “También he realizado especializaciones en derechos humanos, marketing digital y comunicación interna, siempre con la intención de seguir aprendiendo y creciendo en mi carrera”.
A lo largo de más de nueve años en el mundo corporativo, Vanessa ha encontrado su verdadera pasión en el área de Recursos Humanos, particularmente en la creación de entornos de trabajo que fomenten la equidad y la inclusión. “El clima y la cultura organizacional son fundamentales. Es lo que me apasiona: ayudar a construir un espacio donde las personas puedan desarrollarse plenamente”, afirma con convicción.
Su compromiso con el cambio social y la inclusión la llevó a involucrarse con la fundación Inspiring Girls. La relación con la fundación comenzó de manera casi fortuita. “Estaba hablando en el trabajo sobre el impacto de la diversidad y la inclusión, y salí de esa reunión sintiéndome muy inspirada”, recuerda. Al llegar a casa, una publicación en LinkedIn de la fundación llamó su atención, y en ese instante supo que quería formar parte de la iniciativa. “Quería ser una de ellas”.
A partir de ahí, se comprometió no solo con participar, sino también con viajar a Santiago, donde fue mentora en actividades como el Speed Dating y compartió su experiencia con jóvenes mujeres que buscan abrirse paso en el mundo.
“Mi experiencia ha sido maravillosa. Encontré a mujeres muy capaces, una comunidad de personas que no solo siguen avanzando en sus carreras, sino que además inspiran a las demás”, comenta Vanessa, dejando entrever el valor que tiene para ella el poder de la inspiración y el apoyo mutuo. “Ha sido una experiencia transformadora porque, al compartir mi historia, también me conecto con mi propio recorrido, con la Vanessa de hace 15 años, y puedo ver cuánto he crecido.”
Para Vanessa, el aprendizaje continuo es la clave. Está convencida que no es suficiente conformarse con lo que ya se sabe. “Siempre he tenido esta chispa de querer aprender más, de no quedarme en lo que ya sé hacer bien, sino de buscar cómo puedo mejorar”, reflexiona. Este enfoque no solo la ha ayudado a crecer profesionalmente, sino también a desarrollar un sello propio: ese efecto wow que menciona con orgullo, la capacidad de agregar valor extra en cada tarea y sorprender positivamente a quienes trabajan con ella.
Sin embargo, no solo se trata de destacar. Vanessa ha aprendido a no tomarse las críticas de manera personal y a ver las observaciones desde la perspectiva de los demás. “Es esencial hacer una retrospectiva y entender que siempre podemos mejorar”, sostiene. La humildad, combinada con la creatividad que ha desarrollado a lo largo de su carrera, ha sido una herramienta poderosa para su éxito.
Vanessa sabe que la creatividad no es exclusiva de ciertos perfiles, sino que es algo que todos podemos cultivar. “Vengo de una carrera creativa, pero creo que todos somos capaces de explotar nuestra creatividad si la practicamos lo suficiente”, dice con firmeza. Esta mentalidad la ha llevado a asumir desafíos en áreas más técnicas, como la gestión de presupuestos, donde sigue aplicando su toque creativo.
Al hablar sobre el impacto de la fundación Inspiring Girls, Vanessa destaca lo admirable de su labor. “Llevar las historias de mujeres líderes a niñas que tal vez nunca han tenido un referente o una guía es algo muy poderoso”, asegura. Para ella, la fundación ofrece a las jóvenes la posibilidad de soñar en grande y de visualizar un futuro donde las limitaciones no sean un obstáculo insalvable. “Lo que hacemos es mostrarles que, sin importar las circunstancias del presente, ellas pueden lograr lo que se propongan.”
Para finalizar, Vanessa deja un mensaje claro para todas las mujeres jóvenes que buscan su camino: “Disfruten de lo que hacen, sueñen en grande y no pongan límites a sus metas. La herramienta más valiosa que tienen es su capacidad de aprender continuamente. Y, además, sean buenas personas. En el mundo no solo necesitamos a gente talentosa, sino a buena gente que haga la diferencia”.
Vanessa Mora, con su pasión por la inclusión, su dedicación a la mejora continua y su capacidad para inspirar a otros, es un ejemplo vivo de cómo el liderazgo puede ser mucho más que un título. Es, en esencia, un compromiso con la humanidad.