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Paloma Zamorano: La mujer que quiere cambiar el futuro financiero de miles de niñas

Es ingeniera comercial, administradora financiera, coach en finanzas personales y actual directora financiera de Inspiring Girls Chile. Pero, más allá de sus títulos, Paloma Zamorano es una mujer que ha hecho de su historia una herramienta de transformación: aprendió a tener una relación sana con el dinero, y hoy enseña a otras mujeres a hacer lo mismo.

Por Francisca Henríquez

¿Has escuchado hablar de tener una relación tóxica con tus finanzas? Paloma sí, y no solo la ha vivido en carne propia, sino que ha trabajado años para sanar esa relación y enseñar a otras a hacerlo. Porque si algo sabe con certeza, es que hablar de dinero entre mujeres sigue siendo incómodo, postergado o sencillamente ignorado.

También es mamá. Junto a su esposo, tomó la decisión de adoptar a su hijo en el momento en que ambos sintieron que estaban preparados, no solo desde lo emocional, sino también desde lo financiero. Porque para ella, la libertad —económica y de tiempo— no es un lujo, ni un privilegio reservado para unos pocos. Es un acto profundo de amor propio.

Aprender a manejar el dinero, dice, no es solo una habilidad práctica: “es la herramienta que nos permite construir una vida elegida, no impuesta. Una vida vivida en nuestros propios términos”. Y esa convicción no surgió de la teoría, sino de su propia experiencia. No fue una decisión sencilla, pero sí profundamente intencional. Como ella misma lo resume con claridad: Mi libertad financiera no tiene precio“.

Durante el mes de octubre liderará  uno de los nuevos  programas dentro de la Fundación Inspiring Girls Chile: el Programa de Embajadoras en Finanzas, una iniciativa que busca formar a mujeres profesionales para que enseñen educación financiera a niñas y adolescentes en colegios a lo largo del país.

¿Por qué es urgente hablar de finanzas desde una perspectiva de género?

Una nueva edición del Informe de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), publicada en julio de 2025, volvió a poner cifras concretas a una injusticia persistente: las brechas económicas que enfrentan las mujeres en el sistema financiero chileno.

Si bien el acceso a productos financieros ha avanzado, los datos siguen revelando una dura realidad: las mujeres ahorran menos, invierten menos y acceden a créditos por montos considerablemente más bajos que los hombres.

Lo que rara vez se menciona es la razón de fondo: desde niñas, no se nos enseña a hablar de dinero, a comprenderlo ni a utilizarlo como una herramienta de libertad. Y es justamente ahí donde el proyecto que lidera Paloma cobra sentido.

 Del Excel al aula: finanzas que también se sienten

El Programa de Embajadoras en Finanzas que Paloma dirige es el primero de su tipo en la fundación. No está vinculado a una empresa o patrocinador externo, sino que nace desde la convicción profunda de que la educación financiera también es una forma de justicia social.

El objetivo es claro: formar a mujeres que, desde su historia, su conocimiento y su experiencia, puedan llevar las finanzas personales a las salas de clase. No para dictar fórmulas, sino para abrir conversaciones, sembrar curiosidad y derribar el mito de que este mundo es solo para economistas o expertos.

El programa se inicia en octubre con un bootcamp intensivo donde las participantes aprenden herramientas técnicas y de facilitación para llevar talleres de educación financiera a adolescentes. El objetivo es que, en 2026, estas embajadoras estén listas para impactar aulas en la región metropolitana.

La idea es que las niñas no solo aprendan a ahorrar o hacer presupuestos, sino que entiendan cómo sus decisiones financieras les pueden abrir caminos, darles libertad y protegerlas ante situaciones de violencia o dependencia”, dice Paloma.

 El dinero también se habla con emoción

Para Paloma, hablar de finanzas no es solo hablar de números. Es hablar de elecciones, de libertad y también de dolor. Ella misma reconoce que vivió situaciones difíciles en su infancia donde la violencia económica fue parte del entorno. Por eso, enseñar estos temas con enfoque de género no es opcional: es urgente.

“Todo el mundo toma decisiones financieras todos los días. Si logramos que las niñas empiecen a entender esto desde temprano, les damos una ventaja enorme para la vida. No importa a qué se dediquen: saber de dinero siempre va a ser un superpoder”.

Por eso, el taller que diseñó para llevar a los colegios no solo incluye contenidos técnicos, sino dinámicas de juego, reflexión colectiva y un enfoque estratégico, donde cada niña puede pensar en sus propios sueños, plazos y decisiones.

En los talleres se utilizará un juego de cartas que creó la misma Palo. Se llama Estrategia de Inversión, y busca enseñar a las niñas que cada objetivo necesita una estrategia distinta. “Si quiero viajar en un año, no invierto igual que si quiero comprar una casa en diez. Parece obvio, pero para muchas mujeres esto sigue siendo una conversación ausente”, explica

Y al final, ese es el propósito más grande de Paloma: sembrar una semilla. Que las niñas se atrevan a soñar, pero también a planificar, invertir y tomar decisiones financieras informadas. Que aprendan que ahorrar no es privarse, sino postergar recompensas por algo más grande. Y que cada “no” que damos a un gasto impulsivo, puede ser un “sí” a una vida con más propósito.

¿Por qué formar embajadoras?

Porque no se trata solo de enseñar, sino de liderar e inspirar. El programa busca formar mujeres que, desde su historia y experiencia, conecten con otras y se conviertan en referentes reales y cercanos.

La formación se adapta a cada perfil: quienes vienen del mundo financiero aprenden sobre facilitación, y quienes tienen experiencia educativa profundizan en finanzas. Luego, se forman duplas complementarias para facilitar talleres en conjunto.

En 2026, ocho nuevas embajadoras iniciarán este camino. Mujeres reales que no solo enseñarán, sino que también aprenderán. Porque, como dice Paloma: “Manejar el dinero no es solo un tema de tener más plata. Es un tema de tener mejor calidad de vida. Y eso también se aprende.”